Rosalía le había asegurado que serían pocos los que acudirían al tanatorio a velar a su marido; que había sido un hombre hosco, sin modales y con escasos amigos. Sin embargo, a la hora de la verdad, el lugar estaba abarrotado de gente que presentaba sus condolencias a la compungida viuda.
Miquel la observó silencioso desde el rincón más oscuro de la salita de cafés. Se mordisqueaba las uñas sin parar y su tic nervioso estaba descontrolado.
No podía aguantar más, deseaba con urgencia que se esfumara todo el mundo para que ella pudiera darle al fin su placentera recompensa por haberla librado de "una pesada carga".
No podía aguantar más, deseaba con urgencia que se esfumara todo el mundo para que ella pudiera darle al fin su placentera recompensa por haberla librado de "una pesada carga".
Huy, el Miguel era el "asesino", jaja, por eso no dejaba "sanas" ni las cutículas, jejeje. Un micro realmente bueno, preciosa, ya dicen que lo breve, si bueno, dos veces bueno. Comparto gustosa. Besines!!!
ResponderEliminarMuchas gracias por compartir, guapetona!! Tenerte por aquí leyendo es un placer :) y si te gusta, ya ni te cuento :) :)
EliminarQue tengas un buen día Mayte!! Besitos!
Ángela, me gustó mucho. Lo que me gusta de este tipo de historia es que te deja muchas preguntas. Y la mente se las ingenia para responderlas.
ResponderEliminarSaludos.
Mil gracias!!! Sí, es lo bueno de los microrrelatos, que al ser tan cortos y dejar todo tan abierto, la mente empieza a darles vueltas, jejee
EliminarMe alegro mucho de que te haya gustado!!
Feliz día!! Saludosss
Hola Angela,invitas al lector a pensar, eso me gusta, abrazos .
ResponderEliminarSi, demasiado abierto diría yo, jajajaja pero la verdad muy bueno, pareciera el fragmento de una novela o historia más larga, pero en este caso, cada quien la escribirá en su cabeza. Me gustó, Angela! Desde mi rincón te dejo mis saludos y mis felicitaciones!
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